La innovación en la competitividad de las empresas

La innovación en la competitividad de las empresas

Actualmente, se ha desarrollado una variedad de softwares que promueven la innovación al digitalizar y simplificar parte del trabajo de las empresas. 

 

Las empresas (y países) con mayor capacidad de innovación son probablemente las que tienen la tecnología y los productos más avanzados, por lo que resulta eficaz crear un indicador de innovación para comparar la dinámica de la innovación por país de origen.

 

El principal impacto de la innovación en la actividad económica es el resultado de la difusión de las primeras innovaciones a otras empresas. El proceso de transferencia de información científica y tecnológica, conocimientos, medios y derechos de uso a terceros para fabricar un producto, desarrollar un proceso o prestar un servicio que contribuya al desarrollo de sus capacidades. 

 

Hoy en día no se puede ignorar que el desarrollo tecnológico y la innovación son dos fuerzas clave que impulsan el desarrollo social y el crecimiento de las economías. 

 

Esto es aún más cierto en el contexto de una revolución digital, en la que las nuevas tecnologías están cambiando la forma en que interactuamos entre nosotros diariamente, la forma en que prestamos servicios públicos a los ciudadanos o la forma en que hacemos negocios. 

 

Los diseñadores son expertos en reinventar la forma de trabajar de acuerdo con lo que crean. 

 

Los organismos de innovación estratégica como Ideo abordan una amplia gama de desafíos para los clientes en industrias cada vez más diversas, desde el desarrollo de la experiencia del cliente en los centros de servicios gubernamentales hasta el diseño de una empresa de capital inicial desde cero. 

 

Nuestro enfoque, ahora conocido como pensamiento de diseño, ha evolucionado en la última década aplicando un proceso de diseño centrado en las personas a una amplia gama de proyectos.

 

Casi a diario oímos hablar de las innovaciones, su importancia para el desarrollo económico y su valor como herramienta para la creación de riqueza. 

 

Pero si queremos definirlos, no sabemos cómo distinguirlos específicamente de la investigación y el desarrollo (I+D) o de las nuevas actividades que no implican una innovación clara.